jueves, noviembre 03, 2005

El diario Montañés

Su nombre está escrito con letras mayúsculas en la historia de la música celta. Su música ha influido a diferentes grupos y solistas que han nacido y crecido escuchando sus discos y sus ritmos, en muchos casos pioneros en eso de mezclar música tradicional con rock, jazz, folk... Son Gwendal, formación bretona que llega al VIII Festival de Orejo para presentar su último disco, 'War-Raog', con el que rompe un silencio de siete años.

El mítico grupo, creado allá por 1972, hunde las raíces de su universo musical en tierras celtas insertando influencias de rock, jazz, folk y música clásica procedentes de cada uno de sus componentes. Y estos son básicamente los ingredientes de su música 33 años después, porque 'War-Raog' fusiona música tradicional y rock, une violín y guitarra eléctrica, bombarda y mandolina, obteniendo un resultado brillante. Incluso en uno de los temas de este disco hacen un pequeño homenaje al mítico 'Hijo de la luna' de Mecano a través de la canción 'La niña del norte' interpretada por Bénédicte Lécroart.

Tras cerca de un millar de conciertos por todo el mundo, distintas etapas y doce discos en total, en la actualidad, Gwendal lo componen Youenn Le Berre (flauta, bombarda, gaita), Jean-Claude Philippe (violín), Ludovic Mensil (guitarra acústica y eléctrica), Jérôme Gueguen (piano), Pascal Sarton (bajo) y David Rusaouen (batería).

Su líder, Youenn Le Berre, nos atiende desde Francia en un más que notable español antes de emprender un viaje que tiene como punto destino el 'reducto' cántabro de Orejo.

-Llegan a Orejo con nuevo disco bajo el brazo, 'War-Raog', que rompe un silencio de siete años. ¿Cómo lo definiría?

-Es nuestro décimo disco de estudio y queríamos hacer algo especial. La formación es la misma con la que llevamos trabajando los últimos cuatro-cinco años y estamos muy contentos de como ha quedado en una nueva experiencia con el sello Resistencia. Espero que guste al público español que tan bien nos ha acogido siempre. En cuanto al estilo, mezcla el rock con la música tradicional, lo que ha sido nuestra forma de trabajo a largo de todos estos años.

-Supongo que la presentación del nuevo álbum será el principal contenido de vuestro concierto en Cantabria, ¿verdad?

-Sí y no. Va a ser una mezcla de temas antiguos y nuevos, tanto incluidos en el disco como otros que no hemos tocado nunca.

-Por cierto, ¿de donde proviene el título?

-'War-Raog' significa 'adelante' en bretón.

-'War-Raog' sale al mercado siete años después de 'Aventures celtiques', ¿por qué tanto tiempo de parón, de silencio?

-Al público seguro que le parece un periodo muy largo, pero para nosotros este tiempo ha pasado muy rápido, no nos hemos dado ni cuenta. Sí, han sido siete años sin publicar, pero han pasado muchas cosas alrededor de Gwendal: conciertos, actuaciones, cambios en la formación, experiencias personales... Hay que tener en cuenta que cada uno de nosotros toca o participa en otros grupos o proyectos, los músicos tienen una vida artística paralela a la de Gwendal.

-Experiencias supongo que enriquecedoras a la hora de reuniros en torno a Gwendal, ¿no?

-Es importante para nuestro música y nuestra propia experiencia vital hacer otras cosas. Para nuestro estilo es muy bueno hacer y componer otro tipo de músicas, de composiciones, porque el estilo de Gwendal básicamente es fusión y siempre se ha basado en la aportación personal de cada uno de los componentes.

-Después de más de 30 años en la música, ¿es ahora más complicado publicar un disco que en vuestros inicios?; ¿sienten más presión, más vértigo?

-Nunca es fácil publicar un nuevo disco, pero ni para nosotros ni para nadie, ni para los que están en primera línea ni para los que empiezan. Quizás para la música tradicional sea algo más fácil que ponerse ante un folio en blanco, porque te apoyas en bases ya creadas. Pero para Gwendal este 'War-Raog' tiene un carácter especial, porque hemos tenido cambios en nuestra formación, hemos vivido un periodo difícil por diferentes circunstancias personales... No sé, hay mucho de nuevo en el disco.

-Siempre han mantenido una especial relación con España, cercana, calurosa. ¿Donde nació este particular encuentro? ¿A qué se debe?

-Es una historia muy particular, llevamos tocando en España desde hace 30 años: la primera vez fue en 1975 y llegamos de la mano del cantautor Imanol, que estuvo refugiado en París durante la dictadura de Franco. Tras su muerte, en su regreso al País Vasco Imanol nos invita a tocar con él en la primera parte de sus conciertos. Fue una forma increíble de entrar en España porque entonces los jóvenes estaban frustrados, aislados de música popular y de fiesta. Nuestra mezcla de música tradicional y de rock fue muy bien recibida porque el público estaba muy receptivo a escuchar cosas nuevas, tenía muchas ganas de fiesta. Primero fue en el País Vasco, pero luego en Cantabria, Asturias, Galicia, Madrid, Barcelona... Hay mucha gente que desconoce que ya tocamos por toda España en 1975, sentimos que jugamos un papel especial en la historia musical de la transición española porque entre el 75 y el 80 dimos muchísimos conciertos y hay músicos de aquella época que estaban entre nuestro público que luego se decidieron a formar grupos de música celta, como Milladoiro, Celtas Cortos... Eso fue algo muy importante para nosotros, algo que siempre nos unirá directamente con la cultura española.

-Fueron pioneros en algunos aspectos de la música celta y 33 años después, y tras diferentes etapas, siguen al pie del cañón. Desde esta privilegiada posición, ¿como ven el panorama actual de la música tradicional en general?

-Es complicado definirlo. En los años 90, sobre todo en la segunda parte de la década, la música celta sufrió un fuerte receso, una vuelta atrás, porque quizás había demasiados grupos, festivales, discos, en definitiva, demasiada oferta para el público. Ahora hay menos conciertos, pero quizás la calidad sea mayor. Hay muchos grupos que surgieron en los años 90 al calor de la moda que han dejado la música y los que quedan ahora son los del principio, que han resurgido, han sobrevivido a las tendencias y siguen de pie, trabajando. Ahora hay menos conciertos pero un público más fiel; la relación entre aficionados y artistas y viceversa, es más sólida, estable, consolidada.

-El futuro, por tanto, se ve con buenos ojos.

-La música celta no va a morir, eso está claro. Es bueno que haya grupos como Gwendal que cojan música tradicional y la mezclen con rock, jazz, ritmos más modernos en definitiva. Lo tradicional no está en contradicción con lo moderno, pueden convivir, coexistir, perfectamente.


Agora resulta que ata lle fan unha homenaxe a Mecano o_o
¿Qué lle pasaria a Le Gall para deixar Gwendal?
Quizais lles teña que dar unha oportunidade, son o grupo que mais me gusta xunto con Skyedance. Pero é que entre o concerto e esa guitarra eléctrica ando algo reticente.